Contra la corriente de aguas terrosas

“Primero corre el agua río arriba, antes de que a un desplazado en Colombia le devuelvan su tierra; o que a un general lo responsabilicen por sus crímenes”, dice el padre de Mariela, la protagonista de esta desgarradoramente hermosa novela que evoca sucesos aún frescos en la memoria de cientos de miles de colombianos víctimas del conflicto armado. Para el lector atento, es fácil reconocer los lugares y a los responsables de estos actos; la historia es siempre la misma, repetida una y otra vez en cientos de lugares de la geografía nacional y en cientos de años de nuestra historia. La lucha por la tierra y el desplazamiento forzado de los más pobres ha sido la causa principal de todas las guerras que ha sufrido el país, que al final de cuentas es una sola y la misma. Mariela es una mujer extraordinariamente fuerte que se enfrenta a los paramilitares y a la desidia gubernamental; ella busca, con el apoyo de abogados y defensores de derechos humanos, colombianos decididos a luchar por la justicia y las redes internacionales, lo que parece imposible y no tiene antecedentes en nuestra historia, como su padre apesadumbrado lo vaticinaba: regresar a la tierra y que haya justicia con los responsables.