Si fuéramos animales

Como los grandes escritores (Faulkner, Kafka, Javier Marías, Juan José Saer, Mario Levrero), pareciera que Wilhelm Genazino escribe siempre el mismo libro. Y es eso lo que lo hace tan encantador y sugerente, y que por cierto contribuyó al éxito de Salvo nosotros, nadie habla de nosotros, primer libro del novelista alemán traducido por Hueders el 2021. El narrador de Si fuéramos animales, una novela plagada de iluminaciones cotidianas, es un típico personaje de Genazino: un arquitecto de mediana edad que deambula por la ciudad mientras medita sobre su existencia, es decir, sobre su incapacidad para comprometerse con un trabajo estable, su rechazo a los placeres del consumo y sus falencias afectivas en el terreno del amor. Son tres las mujeres que van y vienen en esta historia que se mueve con admirable fluidez entre la experiencia vital y la contemplación reflexiva, revelándonos lo difícil que puede volverse la vida para alguien que sospecha del éxito, la seguridad material y la racionalidad. Porque, de pronto, ¿no sería mejor que fuéramos animales?